“Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.”
Filipenses 2:15
“Cuando no puedes perdonarte a ti misma después de un aborto”
“Las mujeres que han abortado no necesitan perdonarse a sí mismas; necesitamos sanidad. Y ningún pecado es tan grande que nos ponga fuera del alcance de las heridas sanadoras de Cristo y de su palabra.” - Kendra Dahl
“Redención para las cicatrices”
“El instinto de luchar por la autoexpiación está profundamente arraigado en todos nosotros. La gracia por fe sola es difícil de aceptar y aún más difícil de recordar, especialmente cuando nos enfrentamos continuamente al pecado que tan fácilmente nos enreda.” - Kendra Dahl
“Qué esperar cuando un ser querido ingresa en un centro de cuidados paliativos”
“Cuando las familias caminan junto a un ser querido en un centro de cuidados paliativos, le muestran a él o ella, así como a los cuidadores que lo rodean, el rostro de Cristo.” - Kathryn Butler
“Cómo la píldora oscurece la verdad de Dios en la creación”
“Deberíamos resaltar y celebrar de manera proactiva la maravilla del diseño de Dios.” - Peter Gurry
“Lo que la Generación Z tiene correcto e incorrecto en el debate sobre el aborto”
“Cuando hablamos del aborto, debemos hacerlo con una postura del corazón informada y saturada de la gracia y la verdad del evangelio.” - Chloe Belk
“El movimiento pro-elección no necesita hombres. El lado provida sí.”
“Pero sabemos que si él da un paso adelante, como José, y dice que será un esposo para ella y un padre para el niño que crece dentro de ella, es menos probable que ella aborte.” - Sarah Eekhoff Zylstra y Roland Warren
El cuidado al vulnerable a través del mentoreo
“El fin último del mentoreo no es terrenal sino eterno. Es compartir junto a nuestro niño, niña o adolescente nuestra condición de pecado, que es la necesidad más grande que nos une y que solo en Cristo podemos encontrar salvación”.
Sirviendo al huérfano en familia
Como cristianos que creemos en el mensaje del evangelio, tenemos la responsabilidad de velar y servir a los huérfanos. A las personas vulnerables que sufren las injusticias de este mundo caído. Vivimos en un país lleno de injusticias y está claro que no estamos aquí para hacer justicia o vengarnos del sufrimiento que han vivido los niños, sino para servirles. Solo tenemos que ver en nuestro entorno, caminar unos pocos metros, interesarnos en alguien y encontraremos a quien necesita ayuda.