“Mamá: no cuentes hasta tres para corregir a tus hijos”
17 frases del libro: “¡No me hagas contar hasta tres!”,
de la autora Ginger Hubbard
Tengo perfectamente claros varios recuerdos desobedeciendo a mi mamá cuando era niña. Desde no ordenar mi cuarto, no recoger los juguetes, no guardar bien las cosas que usaba; hasta no irme a dormir a la hora establecida, hacer una actividad más tiempo de lo debido, no bajarme de los juegos de un restaurante a tiempo, etc. Al final, obedecer es respetar las reglas o mandamientos; tanto los de Dios como los de nuestros padres o adultos a cargo. En estas ocasiones tengo súper presente que mi mamá nos decía a mi hermano y a mí: “Voy a contar hasta tres: uno… dos…” y seguro ¡no queríamos que llegara el tres!
Por cierto, yo misma hice esto algunas veces con mi hija de tres años. Sin embargo, el libro de Ginger Hubbard “¡No me hagas contar hasta tres! – Disciplina enfocada en el corazón de tu hijo”, me enseñó que no es una buena práctica en la crianza o disciplina. Pero ¿por qué? Básicamente, la autora argumenta que al hacer esto no damos el peso que merece nuestra palabra. ¿Por qué debemos contar hasta tres en lugar de esperar a que nuestros hijos obedezcan a la primera corrección? Esto hace que los niños se enfoquen en las amenazas de la corrección: ¡Espera que venga papi!, ¡Si vuelves a hacer esto haré X! O ¿¡Quieres que te de una nalgada!?... sé que los padres hacemos esto con la mejor de las intenciones, pero la autora nos explica que la disciplina debe ser acompañada de instrucción y no de puras amenazas.
Mamá… resiste la tentación de corregir a tus hijos enfocándote únicamente en su conducta. Por favor, recuerda que lo que debemos buscar es guiarlos a Cristo para que el Señor cambie el corazón de nuestros hijos, y en cada situación que tengas explica y aplica el evangelio. Con estas frases de este genial libro espero animarte a comprarlo y aprender mucho mas acerca de la crianza centrada en la Palabra e instrucción del Señor.
1. “Ser mamá es más que ser cocinera, taxista, camarera, consejera, doctora, árbitro, jueza, etc. (por nombrar algunas cosas). Se trata de forjar caracteres, cultivar confianza, cuidar, instruir y guiar.”
2. “Queridos padres, no necesitamos métodos innovadores. Necesitamos los métodos de Dios. Aunque algunas ideas modernas suenan bien y puede que hasta produzcan ciertos resultados externos, nuestra meta no es el cambio conductual, sino la transformación espiritual. Queremos llegar al corazón de nuestros hijos.”
3. “En vez de hablar a tu hijo debes hablar con tu hijo.”
4. “Nuestra meta al examinar el corazón de nuestro hijo es hacerle entender que es un pecador, ayudarle a reconocer su necesidad de Cristo y enseñarle a actuar y pensar como lo haría un cristiano.”
5. “No es tan difícil instruir a nuestros hijos para que actúen como cristianos, pero cuando los instruimos para que piensen como cristianos hemos logrado algo especial.”
6. “Al seguir el ejemplo de Jesús, podemos llevar a nuestros hijos a pensar como cristianos haciéndoles preguntas que les ayuden a ver cada situación desde la perspectiva de Dios.”
7. “Como regla, cada vez que corrijas a tu hijo por mala conducta, muéstrale la conducta correcta y pídele que la practique. Es así como instruimos a nuestros hijos en la rectitud de Cristo.”
8. “Corregir es expresar verbalmente que la otra persona ha violado la Palabra de Dios.”
9. “… el propósito de disciplinar a nuestros hijos es enseñarles la Palabra de Dios.”
10. “La fatiga puede afectar la conducta de los niños, pero el pecado es pecado y lo que está mal está mal… Ellos no pecan porque estén cansados, con hambre, ni porque estén teniendo un mal día: pecan porque son pecadores.”
11. “No avergüences a tu hijo. Él va a estar más atento a tus instrucciones si no se siente avergonzado por haber sido corregido frente a sus amigos. Cuando corriges a tu hijo en la presencia de otros, quitas su enfoque del pecado que hay en su corazón y lo llevas hacia la vergüenza y humillación que le has causado innecesariamente. Tu meta no es avergonzarlo, sino llevarlo al arrepentimiento.”
12. “Procura usar la terminología bíblica, pues es el poder de las palabras y de la sabiduría de Dios lo que realmente va a penetrar los corazones de tus niños.”
13. “Decir: ‘No creo en la disciplina física’, es decir que Dios se equivocó al enseñarnos cómo criar. Es decirle a Dios que eres más sabio que Él.”
14. “Debemos enseñarles a obedecer porque es lo correcto y lo que agrada a Dios, no para que obtengan una recompensa.”
15. “La instrucción bíblica siempre termina de manera positiva… nuestro deseo es que el niño medite en lo que pudo haber hecho bien, no en lo que hizo mal.”
16. “No importa lo que nuestros hijos hayan hecho o qué tanto nos hayan avergonzado o herido, no es nada en comparación con lo que le hicimos al santo Cordero de Dios. No tenemos derecho a retener el perdón a nuestros hijos, no importa lo que hayan hecho”.
17. “Guiar a nuestros hijos a Cristo implica mucho más que simplemente ayudarles a hacer una oración. Es ser un ejemplo vivo de lo que significa caminar con Cristo cada día. Es enseñarles la perspectiva de Dios en cada circunstancia. Es demostrarles el perdón. Es pedirles perdón. Es vivir, respirar y amar la Palabra de Dios en presencia de tus hijos, y también en su ausencia.”