Dolores de parto

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Pues sabemos que la creación entera gime y sufre hasta ahora dolores de parto.  Y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo.” (Romanos 8:22-23)

Había llegado el momento para que naciera nuestra segunda hija. Como suele suceder, cual película, empezaron las contracciones en la madrugada. El trabajo de parto fue relativamente rápido, pero esas seis horas de dolores fueron realmente intensas. Finalmente, luego de varias horas de dolor, ansiedad, miedo, nerviosismo, emoción y euforia, la conocimos. Sin duda es de las experiencias más extremas y surreales que alguien puede vivir.

En el Principio

Esto me lleva a meditar en todos los pasajes de la Biblia que mencionan los dolores de parto.

En el pasaje clave de Génesis 3, vemos cómo este dolor es consecuencia del pecado de Adán y Eva.

  “A la mujer dijo: «En gran manera multiplicaré Tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos. Con todo, tu deseo será para tu marido, Y él tendrá dominio sobre ti».” (Génesis 3:16)

No puedo imaginarme cómo fue esa primera experiencia de dolor de Eva, luego de vivir en el Edén, debió haberse sentido horrible. Casi como si Dios se olvidara de ella. Eva, al igual que yo, sabía que eran para un fin bueno y con esperanza. Tanto dolor y sufrimiento son soportables pues al final daría a luz a un bebé hecho a imagen y semejanza de Dios.

En Apocalipsis Juan explica la visión que le fue revelada, en el capítulo 12 se habla de una mujer embarazada, un dragón y un niño (no profundizaré en esto ya que honestamente este libro y la escatología en sí, son algo que tengo mucho que aprender aún) y la manera agonizante en la que se desenvuelve el drama.

“Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Estaba encinta, y gritaba* por los dolores del parto y el sufrimiento de dar a luz.” (Apocalipsis 12:1-2)

Pero el punto es que, desde Génesis hasta Apocalipsis, el dolor de parto es de los mayores referentes para explicar y ejemplificar un proceso de sufrimiento que termina en una alegría, en algo deseado.

Esperando al Mesías

En la Biblia se mencionan aproximadamente 27 veces los “dolores de parto” y la mayoría de estos versículos están en los profetas Isaías y Jeremías. A estos hombres se les había revelado que esperaban a un Mesías, al Salvador del mundo y mientras tanto, el pueblo de Dios seguiría agonizando y esperando su venida. Es interesante ver cómo Dios utiliza esta experiencia como una metáfora para que comprendamos cómo se siente anhelar estar de nuevo con Él plenamente, sin pecado, sin dolor y que sean finalmente restauradas todas las cosas en la Tierra.

“Como la mujer encinta, al acercarse el momento de dar a luz, se retuerce y grita en sus dolores de parto, así éramos nosotros delante de ti, oh SEÑOR. Estábamos encinta, nos retorcíamos en los dolores, dimos a luz, al parecer, sólo viento. No logramos liberación para la tierra, ni nacieron habitantes del mundo.” (Isaías 26:17-18)

“¿Qué dirás cuando Él ponga sobre ti (A los que tú mismo habías enseñado) A antiguos compañeros para ser jefes tuyos? ¿No te vendrán dolores Como de mujer de parto?” (Jeremías 13:21)

Dolores con esperanza

La maternidad está llena de emociones, como muchos dicen, realmente son emociones encontradas. Desde la alegría por saber que viene un bebé, entusiasmo, satisfacción, plenitud…  hasta quizás la tristeza o angustia en medio de complicaciones, enfermedades o situaciones inesperadas. Finalmente podemos sentir este gozo al momento de dar a luz, a pesar de haber sufrido y tenido un trabajo de parto previo y olvidamos lo anterior regocijándonos en la nueva vida… que es la figura de esa nueva vida que tendremos en la Nueva Tierra.

Como dice Pablo en Romanos 8, solo puedo imaginarme cómo será la restauración de todas las cosas. Muchas veces en esta tierra gemimos, gritamos y lloramos a causa del dolor de una pérdida, de la muerte, de la enfermedad, de relaciones rotas, de abuso, y miles de cosas más… solo podemos anhelar: ¡¡¡Ven Señor!!! Ven a hacer todo nuevo y regresarlo a su diseño original.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en Guatemala se registraron un total de 366,855 nacimientos en 2021. Probablemente, estas 366 mil mujeres experimentaron los dolores de parto cada una con una historia distinta y peculiar… Justo en diciembre pasado falleció mi abuelita paterna quien tuvo seis hijos. Era una mujer joven, en un pueblo de Xela, que dio a luz en su casa sin mayor atención médica y SIN EPIDURAL. Siempre la recordaré contando historias de su vida y familia. Pero hay una historia que me hace ahora más sentido, ella relataba que cuando le empezaban esos dolores de parto, lo que hacía era arrollidarse y orar al Señor encomendando su vida, pidiéndole que la bendijera y la ayudara hasta que nacían sus tesoros: Finales felices. Eso es lo que todos anhelamos aquí en la tierra y en la venidera… pero en ese GRAN FINAL FELIZ pasaremos por dolores de parto que solo nos recordarán que vamos en camino a nuestro verdadero hogar.

Mariam Maldonado de Barillas

Esposa, mamá y politóloga. Tiene estudios en teología en el Seminario Teológico Bautista del Sur. Actualmente sirve como Presidente de ADEPRIC.

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