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Que sea nuestra guía

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No sé si a ustedes les pasa lo mismo, pero en ocasiones he tenido que buscar información en Internet respecto a un tema en particular, la cantidad de respuestas y puntos de vista que se encuentran es tan abrumador, que me puede hacer sentir perdida en algunos casos.

A veces encuentro conceptos totalmente opuestos de un mismo tema. ¿Cómo saber qué es la verdad? ¿Cómo reconocer lo que es real? Por miles de años ha habido un solo libro que su esencia y mensaje ha permanecido igual: La Biblia, es invariable e inmutable.

“Todo ser humano es como la hierba; y su grandeza es como las flores: la hierba se seca, y las flores se caen, pero la palabra del Señor permanece para siempre. ”1 Pedro 1:24-25 TLA

La Biblia es el mensaje de Dios para su pueblo. Una historia de amor de inicio a fin. Y hay tanto que decir sobre la Biblia, pero hoy me gustaría hablar de ella, como una Luz que alumbra nuestro corazón para cada una de la situaciones cotidianas de la vida, la guía que nos lleva a puerto seguro.

Tristemente, el ser humano sigue lidiando con las mismas situaciones desde los tiempos antiguos: la dureza de corazón, la soberbia, el egoísmo, la mentira y así la lista larga de cosas que están arraigadas al corazón humano. Cada emoción experimentada por el ser humano se encuentra en la Biblia. Dios conoce el corazón del hombre y sabe lo que necesita.

“Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.” Romanos 8:27 TLA

Necesitamos desesperadamente que su luz llegue a nuestros corazones y guíe nuestro camino. No importa en qué etapa de la vida nos encontremos, o las situaciones por las que estemos pasando, su palabra siempre será puntual para nuestras necesidades.

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:12 RV60

La Biblia dará en el punto exacto donde lo necesitamos, hablará a nuestro espíritu para que despierte y se conecte de nuevo con su Creador. Nuestro corazón debe buscarla, amarla y anhelarla.

“¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, Porque siempre están conmigo.” Salmo 119:97 RV60

Entre más tiempo nos expongamos a ella, nuestro corazón será transformado, porque no depende de nosotros si no de Su poder transformador. Es hermoso escuchar mensajes y conocer lo que Dios les ha revelado a algunas personas sobre pasajes de las Escrituras, pero es todavía mucho mejor, cuando Dios nos habla directamente a nosotros, revela nuestra humanidad y nos hace reconocer su grandeza y habla a lo profundo de nuestro corazón.

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.” Salmo 139:23-24 RV60

En este tiempo tan cargado de actividades, de estrés, de miles de cosas, no dejemos que todo eso nos haga perder el rumbo. Tomemos un tiempo para atesorar la Palabra en nuestros corazones, amarla, honrarla y desearla más que cualquier cosa preciada.

“¡Qué dulces son a mi paladar tus palabras! Son más dulces que la miel.” Salmo 119:103 NTV