¿Qué es una persona?
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¿Qué es una persona?
En el mes de junio recién pasado asistí a un taller de “Stand for Life”, una organización enfocada a defender la vida y nos regalaron la introducción de un estudio de 6 semanas que responde las preguntas: ¿Qué es la vida? ¿Qué es una persona? ¿Cómo demostramos amor y cuidado hacia todas las personas, incluyendo los expatriados, los vulnerables y nos invisibles entre nosotros?
Este currículo nos guía individualmente o en grupos pequeños a través de las preguntas esenciales de hoy en día y nos ayuda a discernir cómo vivir de manera intencional defendiendo la vida.
En esta introducción nos dan una guía de lo que el curso se trata, es gratuito en línea y quisiera compartirte lo que aprendí para motivarte a descargarlo:
De la Imagen de Dios (Imago Dei) surge el concepto de que cada persona, independientemente de su utilidad, su posición en la vida o sus talentos, tiene valor inherente. Cada uno es distinto y valioso debido al valor inmensurable de Aquel que los hizo.
Si queremos responder las preguntas acerca de cuándo comienza la vida, quién tiene la autoridad para terminar una vida, y cuándo esa vida puede terminarse, primero debemos saber por qué la vida humana es preciosa y qué hace a los humanos diferentes del resto de la creación. En Génesis 1:26-27 leemos: “Luego dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes y sobre todos los animales que se arrastran por el suelo». Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios; hombre y mujer los creó”.
Desde el principio de la Creación, Dios separó a los seres humanos, creándolos hombre y mujer y llamando a su creación “muy buena”. Cada individuo fue hecho a la imagen de Dios con igual dignidad y valor. Cada ser humano, no importando su desarrollo, habilidades o independencia, es valioso porque Dios es valioso y Él puso Su imagen y dignidad en cada vida humana (Imago Dei). Somos portadores de Su imagen.
Cada uno de nosotros es distinto y valioso por el inmesurable valor de Aquel que nos creó. Los humanos no somos valiosos por lo que podemos hacer o contribuir, sino por la imagen de Quien portamos. Cada vida es infinitamente valiosa y digna de ser protegida.
Separados de Dios, solo podemos valorar la vida humana por sus habilidades o por qué tan útil sea.
Desde el momento en que se menciona la Imagen de Dios en la Biblia, hasta el Apocalipsis, vemos a Dios una y otra vez enseñándole a Su pueblo a valorar cada vida humana, como Él lo hace.
En el Antiguo Testamento vemos las leyes que servían para proteger y cuidar a los extranjeros, las viudas, los huérfanos, los trabajadores y los pobres (Éxodo 22:22-25, Levítico 19:9-10, Isaías 58:6-8).
En el Nuevo Testamento, vemos a Jesús cumplir las leyes del Antiguo Testamento mientras Él pasaba tiempo y sanaba a los ciegos, los cojos, amaba y daba la bienvenida a los marginados y enseñaba acerca del valor de los pobres. Vemos a Jesús valorando la vida enseñando a través de las parábolas, y por medio de sus actos (Mateo 25:35-36, Lucas 14:12-14, 21:1-3, Marcos 12:41-44.
Cada vez que neguemos el valor de otro ser humano, nos convertimos en culpables, tan culpables como los genocidas. Cada vez que denigramos el valor de otra persona, somos tan culpables como los que poseen esclavos.
De acuerdo con IJM (International Justice Mision o Misión Internacional de Justicia), hay mas de 40 millones de personas en el mundo en esclavitud ahora mismo, mas que en cualquier otro tiempo en la historia humana.
El Holocausto es otro famoso ejemplo de lo que puede pasar cuando fallamos en reconocer la imagen de Dios en sus portadores.
Si estamos dispuestos a traer nuestro pecado a los pies de la cruz, nuestro Salvador tiene un nuevo y mejor camino para nosotros. Él quiere que Su pueblo, Su Iglesia luche por restaurar la dignidad de los olvidados y marginados, de aquellos a los que el mundo ha desechado.
A pesar de la naturaleza caída de la humanidad, la historia está llena de ejemplos de Dios usando a Su pueblo como Sus manos y Sus pies para restaurar la dignidad de los oprimidos.
Puedes descargar el estudio gratuito en español aquí. O visitando la página de Stand for Life.
