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Protegiendo el nido

Foto iStock

Hace unos días estaba viendo con mi hijo Jose un documental sobre las águilas. Y aprendí muchas cosas interesantes:

  • Las águilas tienen una sola pareja durante toda su vida.

  • Juntos se encargan de formar un nido especial para sus aguiluchos.

  • Primero forman toda la estructura del nido con ramas fuertes y luego cubren la parte de arriba con musgo y cosas suaves que puedan hacer sentir cómodos y calientitos a sus pequeños.

  • Cuando estos  nacen, existe un trabajo en equipo por parte de los padres. Si la mamá necesita ir a alimentarse, el padre se queda echado protegiéndolos, mientras ella sale y viceversa. 

  • Cuando cualquiera de los dos regresa siempre trae alimento para los pequeños.

  • El nido nunca se queda solo, saben que alrededor  hay muchísimos peligros que amenazan la vida y la integridad de la nueva generación.

Esta pareja tiene una misión que cumplir, criar a la siguiente generación, alimentarla, protegerla  y guiarla para preservación de la especie asegurándose que su legado continúe.

Conforme iba viendo el documental, era para mí inevitable pensar en la responsabilidad, que como padres tenemos de proteger, alimentar y guiar a nuestros hijos.

Es un privilegio, una responsabilidad, que corresponde en su gran mayoría a nosotros, los padres.  La sociedad podrá contribuir en alimentar o nutrir ciertos aspectos de la vida a un nivel bajo, PERO JAMÁS, podrá ser un sustituto de lo que el hogar tiene que aportar en la vida de cada niño.  Y es que es allí, en la intimidad del hogar, donde se forja la identidad de cada persona, donde descubre que su vida tiene sentido y propósito. Que su existencia no es resultado del destino ni de la casualidad, sino que el forma parte de un plan perfecto hecho por Dios, que tiene una identidad.

La identidad es un concepto que se va formando en cada persona desde que nace, aprende de dónde viene a dónde va y que su vida tiene un propósito y destino.  Mientras va creciendo, al tenerla clara, puede desenvolverse en el mundo de una manera sana y asertiva, lo que hace que se sienta realizado de cumplir su propósito en la vida.

Al igual que las águilas  se preocupan por sus crías, nosotros debemos preocuparnos por todo lo que rodea la vida de nuestros hijos.  Estamos viviendo tiempos donde nuestros hijos son el objetivo de ideologías y corrientes que han venido a destruir y desvalorizar  su identidad.  Debemos de estar atentos y asegurarnos que estamos dando a nuestros hijos la solidez espiritual, emocional y física que ellos necesitan,  que cualquier cosa que venga y quiera invadir sus mentes no encuentre cabida.  Que haya una comunicación abierta y sin temores para que ellos puedan expresar lo que han escuchado o visto y a la luz de la Palabra de Dios poder aclarar cualquier duda. 

Mis queridos amigos, los invito a que como padres tomemos nuestro lugar y nos mantengamos firmes en la Palabra para defender y velar por  nuestras generaciones, que estemos atentos a satisfacer las necesidades espirituales, emocionales y psicológicas de nuestros hijos.  Tenemos que ponernos en la brecha y aferrarnos a Palabra de Dios, para que nos lleve a guiar esta nueva generación para que se mantenga firme ante los ataques constantes del enemigo de nuestras almas.

“Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre, Y tu memoria de generación en generación.” Salmo 102:12