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La Matemática Demoníaca del Aborto

Traducción

Recuerdo el día que nos dijeron que podíamos matar a nuestra hija.

Nos acababan de informar que nuestra hija Ellie, que aún no había nacido, tenía malformaciones severas en el cráneo.  El pronóstico era grave. Nos dijeron que nuestra hija podría morir en el útero o ser fisicamente discapacitada de forma profunda.  A este punto nos dieron la opción de arrancar a nuestra hija miembro a miembro (o quemarla con químicos hasta morir).

Por supuesto, esas palabras no fueron usadas abiertamente. Sino que, como un médico de la mafia, el doctor dijo, “si ustedes quisieran explorar otras opciones, podemos remitirlos”.  Aún en medio de nuestras lágrimas, podíamos leer entre líneas.  Si hubieramos necesitado que alguien se encargara de nuestra hija deforme, nuestro doctor conocía al indicado.

Dudé en escribir con tal franqueza.  Mi intención aquí no es minimizar o burlarme de aquellos que se encuentran luchando con este tipo de dificultades o con una realidad devastadora, que muy a menudo envuelve el debate del aborto.

En lugar de eso, hablo francamente porque conozco la niebla casi cegadora que se asienta cuando el embarazo pareciera descarrilar el futuro.   Escribo estas palabras francas porque, en la presencia de realidades brutales y factores complicados, lo impensable moralmente puede ganar terreno; la lógica perversa de “____+____= aborto” puede parecer sensata. 

Escribo estas palabras por mi hija, Ellie.  Y por mi amigo, Josías. 

La Historia de Josías

En la escuela secundaria, tuve el mas peculiar de los amigos.  Josías era diferente porque él era inusualmente maduro en su fe para su edad (gracias a Dios por esa clase de amigos), pero también porque él pertenecía a uno de los grupos de humanos mas raros en el planeta.  Josías era un sobreviviente de aborto.

A los dos meses de embarazo, la mamá de Josías probablemente se sometió a un legrado para abortar. Como parte de este procedimiento una varilla de metal era introducida en la matriz de su mamá con el propósito de destrozar a Josías.  Por alguna milagrosa razón, Josías sobrevivió este intento de asesinato.  Hasta el día de hoy, Josías no tiene idea de por qué escapó.   Es posible que el aborto haya sido fallido o que Josías haya tenido un mellizo sin saberlo, y que su hermano haya sido asesinado en su lugar.

Sin embargo, Josías no sobrevivió sin cicatrices.  Su brazo izquierdo fue seriamente dañado durante el intento de aborto.  Hoy, su brazo izquierdo es mucho más pequeño que el derecho. Él solamente tiene dos dedos parcialmente desarrollados en su mano izquierda.  Tener a Josías como mejor amigo ha añadido por gracia un peso emocional y personal a mi odio hacia el aborto.  Otra vez, no me avergüenzo de mi franqueza.

Mi esposa y yo sabemos lo que es tener la opción de abortar en el momento más incierto y aterrador de la vida.  A pesar de que declinamos esa opción, entendemos lo que es sentirse presionado a tomarla.

Ahora quiero hacer contrapeso.

Matemática Demoníaca

A pesar de que la humanidad de la vida dentro de la matriz es innegable, muchos intentan justificar el aborto apelando a sus factores contribuyentes.

Sin duda, la dura realidad y ciertas decisiones difíciles corren a favor y en contra del aborto.  Hay muchos factores muy tristes que pueden motivar a una madre a terminar con la vida de su hijo (un embarazo no planeado, descubrir una discapacidad, violación, incesto, pobreza materna).

Surgen innumerables dificultades cuando una madre elige no matar a su hijo (todos los ejemplos pueden presentar las mismas intensas dificultades para madres que para padres).  Ignorar o simplificar demasiado estos factores es ingenuo y no amoroso.  Los cristianos debemos pensar profundamente, actuar con propósito y amar desinteresadamente para poder prevenir y aliviar esas penas.

Sin embargo, ni las causas a favor ni las consecuencias en contra deberían justificar que nosotros matemos a nuestros hijos. No importa qué tan complicado es el álgebra moral, debemos rechazar cualquier ecuación que nos dé como respuesta “matar a nuestros hijos”.  Debemos refutar y exponer claramente toda la matemática demoníaca.  No importa qué tan convincente la ecuación sea, “X” nunca debe ser igual a “mata a tu bebé”.

La Suma Total es Cristo

Solo el padre de mentira puede presentar el asesinato de un niño como una respuesta a una violación, pobreza, sindrome de Down o malformaciones del cráneo.  Solo una serpiente que odia a Dios puede presentar la destrucción de un “portador de Su imagen” como una respuesta apropiada a la violación de otro “portador de Su imagen”.  La mentira en el centro del aborto es la misma mentira de la serpiente en el jardín -que los mandamientos de Dios no podrán traernos gozo.  Creyendo esta mentira, nosotros intentamos reconstruir pragmaticamente el mundo en nuestros propios términos idólatras.

En la cara de todo este engaño sobresale Cristo glorificado y la promesa de la vida eterna.

En Cristo crucificado y resucitado, tenemos un futuro libre de resultados inciertos. Él es nuestra principal causa de aliento y nuestra recompensa.  Él es nuestro camino y nuestro destino final glorioso.  Sí, bajo la maldición del pecado, todos nuestros caminos están contaminados.  Sin embargo, es solo el camino de Cristo el que nos lleva a un mar de cristal de vida inagotable y gozo verdadero.

El verdadero gozo no se encuentra calculando los riesgos, se encuentra en una promesa futura.  El gozo que perdura no se encuentra en una optimización pragmática; se encuentra en la promesa de la glorificación.  El gozo cristiano no se encuentra en la suma de las cosas placenteras de la vida; se encuentra en la suma total de Cristo.

Es esta esperanza inconmovible que nos libera para escoger la vida y nos empodera para pelear por los no nacidos.

Atesorando la Imagen para Siempre

Mi esposa y yo escogimos la vida, y nuestra hija murió. La madre de Josías escogió la muerte y él vivió. Ninguna de estas dos realidades apela a lo correcto o incorrecto del aborto.  Nosotros no tenemos la autoridad de deshacer lo que Dios ha formado en la matriz.

Los portadores de Su imagen no nos son dados para mutilar.  En cambio, ellos nos son dados para proteger.  Y, en Cristo -la imagen perfecta de Dios- podemos atesorar esa imagen para siempre.

Recursos recomendados:

Josías Presley, Sobreviviente de Aborto por Legrado (Josiah Presley, Curettage Abortion Survivor)

https://youtu.be/VF5HX7MaH9U