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Génesis en Eclesiastés

Foto Pexels

En el primer capítulo de Eclesiastés hay al menos cinco palabras sobre la creación que aparecen en Génesis 1–2: el sol, la tierra, el viento, el mar y los ríos.

En este capítulo, el autor describe la creación como un sistema cerrado, repetitivo y cíclico. “Sale el sol, se pone el sol… vuelve a su punto de origen para de allí volver a salir”.

Del viento dice “vuelve a girar”, del mar dice “jamás se llena”, de los ríos “para de allí volver a fluir”.

Sobre lo que ha acontecido dice “volverá a acontecer” y sobre lo que ya se ha hecho dice “se volverá a hacer”.

Volver, volver y volver. Otra vez, otra vez y otra vez. El Maestro de Eclesiastés observa (1.14), evalúa lo que se hace bajo el sol y su veredicto es: vapor, vanidad, correr tras el viento.

El Maestro está viendo la creación por sí sola, la actividad humana en ella y digamos que… no le entusiasma mucho.

El capítulo dos es todavía más interesante. Está lleno de vocabulario de Génesis 2 y 3.

El Maestro hace sus propias “pruebas” (2.1 y 2.3), así como los árboles del jardín en Génesis 3 eran una prueba.

En el 2.4, el Maestro “planta” (נָטַע) un viñedo y en el 2.5 “cultiva” (נָטַע) sus propios huertos y jardines (גַּנָּה) así como Dios en Génesis 2.8 “plantó” (נָטַע) un jardín (גַּן).

En el 2.5 también, el Maestro planta toda clase de “árboles frutales” así como Dios hizo crecer “árboles frutales” (עֵץ פְּרִי) y atractivos a la vista en Génesis 1.11 y 2.9.

En el 2.6, el Maestro construye estanques para “irrigar” (שָׁקָה) los árboles, así como Dios hace que de la tierra salga un manantial para “regar” (שָׁקָה) la superficie del suelo en Génesis 2.6.

En el 2.8, el Maestro amontona “oro” (זָהָב) como el “oro” (זָהָב) en la región de Javilá en Génesis 2.11.

Finalmente en el 2.8, el Maestro disfruta de los “deleites” de los hombres y forma su propio harén. Lejos del ideal de Génesis 1 de la unión de un hombre y una mujer.

No solo eso, sino que mientras el Maestro hacía todo esto, “la sabiduría permaneció” con él (2.9) así como la sabiduría estaba con Dios mientras Él creaba (Prov. 8.30).

Es como si el Maestro estuviera recreando Génesis 1–3 pero a su manera, proveyendo para sí mismo un jardín, definiendo lo bueno y lo malo por sí mismo, estando él en lugar de Dios.

Acerca de estos jardines, Tim Mackie dice:

“No te imagines, el jardín de la abuela o incluso el jardín botánico local. Jardines antiguos eran espacios impresionantes y masivos creados por los reyes como oasis de vida.”¹

Después, en el 2.11 el Maestro hace algo muy similar a lo que Dios hace en el sexto día de la creación: evalúa. “Luego observé todas mis obras…” y emite un veredicto: “vi que todo era… bueno”. No, perdón. Dice: “vi que todo era… vanidad” (2.11).

Parece ser que después de probar ser dios, definir lo bueno y lo malo por sí mismo y evaluar el cosmos y la actividad humana por sí solas… el Maestro no está satisfecho. Todo le parece vanidad, pasajero, cambiante, vapor.

A lo largo del libro, el Maestro se refirió a Dios como “Dios”. Pero en los últimos dos capítulos, dos veces se refiere a Dios como “Creador”. El libro de Eclesiastés comienza con la creación y termina con el Creador.

El Maestro hace dos exhortaciones: acuérdate de tu Creador antes de que envejezcas o como dice él, antes de que “los fuertes caminen encorvados” (12.3). Y la segunda exhortación: acuérdate de tu Creador antes de que mueras o como dice él, antes de que “se rompa la polea del pozo” (12.6).

A lo largo del libro, el Maestro vuelve una y otra vez al tema del “temor de Dios” como un ancla segura en esta tierra bajo el sol. Su veredicto final es “teme a Dios y cumple sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre. Pues Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun la realizada en secreto.”

Tomar en cuenta al Creador es lo que, según el Maestro, le da sentido, valor e importancia a la creación y a toda actividad humana en ella.

Confía en la sabiduría del Creador para definir lo bueno y lo malo y deja que Él provea un jardín para ti. Esa es la mejor manera de asegurarte de disfrutar de la buena vida.

[1]: Mackie Timothy, and Collins Jonathan. When Heaven Meets Earth: A 12 Part Biblical Study on Heaven (The Bible Project Workbooks). 13 Feb. 2017.