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15 frases del libro: “El poder de la Palabra para Transformar una Nación”

– “Un llamado bíblico e histórico a la iglesia latinoamericana”

del autor Miguel Núñez,

Honestamente, cuando entré a estudiar a la universidad no entendía completamente lo que había escogido como carrera. A mis 18 años tenía muchas expectativas, ilusiones y metas, quizás un poco idealistas. Escogí estudiar Relaciones Internacionales cuando en el colegio me interesaba conocer el mundo, la historia de los países, culturas y diferentes organizaciones internacionales que hacían trabajo humanitario y “altruista”. Sin embargo, a mediados de la carrera me di cuenta que realmente lo que más me gustaba era el estudio del poder, los sistemas políticos, sistemas de partidos políticos, administración pública, representación, etc. Es decir, el poder puro/duro y no blando, como decía un querido profesor. Providencialmente los dos años de clases en común me contaban para finalmente terminar la licenciatura, pero en Ciencia Política.

Me encanta lo que estudié (aunque no me dedico específicamente a algo en este campo), aprendí muchísimo y gané muchas habilidades que sé que no habría tenido de no tener esta formación académica. Pensamiento crítico, análisis, investigación; y algo tan sencillo y básico como el hábito de la lectura… gloria a Dios, porque en ese momento ni siquiera leía mi Biblia regularmente. Es por esto que me fascinó el libro del pastor Miguel Núñez: “El poder de la Palabra para Transformar una Nación – Un llamado bíblico e histórico a la iglesia latinoamericana”.

El poder está en todas nuestras relaciones humanas, no es malo en sí mismo sino simplemente es definido como una parte que ejerce autoridad o tiene la capacidad de ejercer una presión o imponer de alguna manera la voluntad, a otra parte. En este sentido, me llamó la atención cómo Núñez explica que la Palabra de Dios expuesta de una manera correcta, pura y fiel tiene el poder cambiar una nación. Específicamente de realmente cambiar la Iglesia (en este caso latinoamericana) ya que, aunque la mayoría de la población en el continente se hace llamar cristiano, el evangelio que se profesa no es congruente con el mensaje, la intención y el propósito que tuvo Jesús al estar en la tierra.

Me gusta el énfasis que le da el autor al gran acontecimiento de la Reforma Protestante y la importancia que debería tener para todos nosotros, ya que es herencia histórica pero también teológica para la Iglesia. Además, la idea que nuestra fe evangélica debe ser muy personal y no impactar a nivel nacional, es un paradigma que debe ser cambiado y transformado. A continuación, cito 15 frases importantes que quizás te animen a comprar el libro ya que como cristianos, evangélicos y latinoamericanos es un tema que nos interesa a todos.

1.     “La Palabra de Dios, cuando es verdaderamente aceptada, transforma nuestra sociedad”.

2.     “… el evangelio proclamado por los reformadores no es el mismo que han recibido los países latinoamericanos. La fe evangélica entre los latinos ha sido vivida de manera muy personal y no ha impactado la vida nacional, como si el evangelio no fuera relevante fuera de las cuatro paredes de la iglesia”.

3.     “La predicación expositiva es la joya perdida de la iglesia latinoamericana”.

4.     “La proliferación del ‘evangelio de la prosperidad’ solo ha hecho crecer la hambruna de la Palabra de Dios. Esta clase de enseñanzas aleja a las personas del evangelio, dejándolos en la ignorancia bíblica”.

5.     “Una forma importante en la que los creyentes pueden influenciar su entorno es organizando, defendiendo y viviendo de acuerdo con la cosmovisión bíblica”.

6.     “Los Diez Mandamientos representan principios éticos necesarios para la organización de la sociedad”.

7.     “Los gobiernos no pueden salvar a nadie, pero ejercen una gran influencia en el comportamiento de la gente cada vez que crean leyes que van de acuerdo con o en contra de la ley moral de Dios”.

8.     “Los Diez Mandamientos de Dios son únicos en más de una forma. Ninguna otra ley incorpora el concepto de una ley natural. Con ‘ley natural’ nos referimos al discernimiento con el cual, gracias a la razón humana, definimos lo que es bueno o lo que es malo de acuerdo con lo revelado por Dios en la creación y en la conciencia del hombre”.

9.     “Cuando los creyentes entienden su responsabilidad ante Dios, empiezan a ejercer el privilegio y la obligación de ser sal y luz. Aquellos que han nacido de nuevo y viven bajo la responsabilidad de Dios en la sociedad, pueden y deben influenciar las leyes de las naciones por todos los medios posibles. Votar es una manera; aplicar la cosmovisión cristiana en distintos lugares y circunstancias de la sociedad es otra; hablar en la radio o en programas de televisión, participar en debates o acudir a audiencias públicas son otras maneras en las que los cristianos pueden continuar influenciando a su sociedad y a la promulgación de leyes que reflejen la ley moral de Dios”.

10.  “La ley no puede cambiar corazones, pero crea una influencia cristiana que puede ayudar a traer paz a la sociedad”.

11.  “La ley de Dios debe ser enseñada, predicada, practicada y defendida dentro y fuera de nuestras iglesias. Tal vez Dios le conceda gracia a Su pueblo para crear un impacto en las leyes de la nación y afectar su bienestar”.

12.  “La iglesia no puede multiplicarse si la influencia de la Palabra no crece. Es la predicación de la Palabra lo que incrementa el tamaño de la iglesia y, por tanto, el tamaño del reino de Dios en la tierra”.

13.  “Todas las naciones necesitan buenas leyes, pero buenas leyes no pueden ser plantadas en el aire, deben tener raíces en verdades eternas que son válidas en todo tiempo, para todas las personas, en todo lugar”.

14.  “Como latinos no tenemos una gran tradición en la formación de líderes. Nuestras naciones latinas han sido regidas por un liderazgo dictatorial durante muchos años y el mismo patrón ha sido copiado en muchas iglesias… Jesús enseño y ejemplificó un liderazgo basado en el servicio, es decir, un liderazgo que guía a través del ejemplo, no de la imposición”.

15.  “Si América Latina desea ver la mano de Dios moviéndose poderosamente en medio de ella, deberá dejar atrás el enfoque antropocéntrico del ministerio cristiano y adoptar el punto de vista teocéntrico: glorioso, majestuoso y trascendental”.