Día Internacional de Oración por la Iglesia Perseguida

El domingo 7 de noviembre se celebró el Día Internacional de Oración por la Iglesia Perseguida, una celebración de la cual yo nunca había escuchado, si no es por la iglesia donde me congrego (Iglesia Reforma) que enfocó el servicio dominical e invitó a todos los miembros a que oráramos por los cristianos que son perseguidos por causa de su fe. 

La Biblia constantemente nos habla de la persecución por causa de la fe en Dios, desde el Antiguo Testamento hasta la proclamación del evangelio, el pueblo de Dios se ha caracterizado por ser perseguido y maltratado (Mateo 5:10).

Esto es algo que no ha cambiado mucho hoy en día, hace unos pocos meses un grupo de misioneros estadounidenses fue secuestrado junto a sus hijos en Haití. Probablemente es el caso más sonado recientemente de un país cercano a Guatemala, pero lejos de nuestras fronteras la persecución es aún mas fuerte y proclamar el evangelio se ha convertido en una labor de mucha convicción y pasión por cumplir la gran comisión de Jesús. Países donde tener una Biblia en la casa o reunirse un domingo para predicar el evangelio puede costarle la vida a un cristiano.

Este domingo tan especial ha hecho que medite en la realidad de nuestro país donde actualmente tenemos gran libertad religiosa, esta libertad puede ser una gran oportunidad, pero al mismo tiempo presenta grandes peligros o amenazas, como las siguientes:

1.     Confundir el evangelio con religión:

Dentro de la “iglesia” no es algo extraño que personas cristianas evangélicas, no sepan definir la palabra “evangelio”, esto se debe a que vivimos en una cultura religiosa, donde muchas veces desde pequeños se nos educa a congregarnos los domingos, a servir en la iglesia, pero no a tener un conocimiento profundo de la palabra y eso provoca que seamos cristianos de fachada, pero no de corazón.

2.     Muchas Biblias, poco conocimiento:

Hace unos años un reconocido líder evangélico en Guatemala escribió: “No te pierdas en medio de tanto conocimiento de la Palabra. Cree, eso es lo importante”. Según el Consejo de Lectura de Guatemala, solo una de cada cien personas lee por placer, el resto no lo hace o lo toma por obligación. Esto se ve claramente reflejado dentro de la Iglesia en Guatemala. No hay nada más puro que ser confrontados a través de la lectura y conocimiento de la Palabra; como cristianos, la Biblia debería ser el pilar y fundamento de nuestra vida (Juan 5:39). Tener la libertad de tener acceso a una Biblia nos ha hecho no darle el valor que merece, seguramente quienes no tienen acceso legalmente a una Biblia, la valoran mucho más que muchos de nosotros en nuestro país que llegamos a tener más de 10 Bíblias en nuestra casa. 

3.     Congregarnos como un requisito religioso:

Hace poco leí un tuit de Alex Sampedro que decía “Todos tenemos una buena excusa para dejar de congregarnos, siempre. Y corremos el peligro de que las excusas se conviertan en costumbre.” La pandemia nos ha limitado el poder congregarnos los domingos, pero esa limitante temporal no se compara a la que tienen los cristianos en países donde está prohibido congregarse a causa del evangelio. La comodidad de poder ir todos los domingos a la iglesia con total libertad, muchas veces puede convertirse en un hábito mas social que espiritual. Personalmente pasé muchos años yendo los domingos por el compromiso que tenía socialmente de estar ahí o de cumplir el deber que como cristiano debía cumplir. Pero no fue hasta que la pandemia nos limitó, que mi anhelo por congregarme los domingos a adorar en comunidad y escuchar su palabra fielmente predicada creció y pude darle el valor que merece (Hebreos 10:25).

Este último punto me lleva a concluir con unas preguntas de reflexión:

·      ¿Necesitamos ser perseguidos para ser probados en nuestra fe?

·      ¿Necesitamos que nos prohíban leer la Biblia para entonces abrirla y valorar cada momento que tenemos en el día para leer y meditar en ella?

·      ¿Necesitamos ser limitados a congregarnos para poder valorar este derecho que tenemos?

Espero que las respuestas a estas preguntas sean un no y que podamos valorar las libertades que tenemos en Guatemala de proclamar nuestra fe, de compartir el evangelio, de leer su Palabra y de congregarnos los domingos a alabar a Dios en comunidad.     

Te recomiendo ver el video:

Servicio dominical del domingo 7 de noviembre en celebración al Día Internacional de Oración por la Iglesia Perseguida en Iglesia Reforma: https://www.youtube.com/watch?v=JcK-6ju8Ss4

Alejandro Pelaez

Pecador arrepentido. Padre de Caleb y esposo de Melissa. Arquitecto. Miembro de la Junta Directiva de ADEPRIC. Voluntario en ACH (Alianza Cristiana Para los Huérfanos).

Anterior
Anterior

Abre las puertas de tu casa

Siguiente
Siguiente

Ser Pro-Vida