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¡Auxilio! Mi hijo tiene dudas. ¿Cómo respondemos?

Foto Pexels

Llegó enero y, si vives en Guatemala, eso implica el regreso a clases.  En estos días miles de chicos y universitarios regresaran a llenar las aulas. Hoy en día, la información no solo está en los salones, sino en la punta de nuestros dedos, a un “click” de distancia.  Nuestros hijos están siendo bombardeados por una cantidad increíble de recursos que buscan centrar nuestra vida en nosotros mismos o en cualquier otra cosa que no sea el Evangelio, por eso es tan importante aprender a discernir.

Cuando yo estaba en el colegio un profesor nos dijo: “Yo soy ateo, porque ser cristiano y cumplir todo lo que dice la Biblia es demasiado difícil, yo la leí de pasta a pasta, cosa que creo que muchos de los que dicen creer no han hecho nunca…”.   No supe qué responder, recuerdo que sentí una mezcla de pena e impotencia, no solo por no saber defender mi fe, sino porque era cierto, nunca había leído la Biblia completa.    Esa no fue la única vez que alguien confrontó mi fe, mis amigos también presentaban argumentos en contra de algunas de las cosas que creía.   

Como padres, nuestro rol es guiar a nuestros hijos y enseñarles acerca de nuestro Salvador, pero ¿cómo respondemos cuando ellos tienen dudas acerca de nuestra fe? ¿cómo los ayudamos cuando ellos no saben qué responder cuando alguien les confronta?

Aunque hay muchos expertos que podrían dar una respuesta más completa, queremos darte unas ideas prácticas que pueden ayudarte a navegar esta situación:

1.     Estudia (Escudriña) las Escrituras.  Una y otra vez a lo largo de la Biblia vemos como el Señor nos invita a escuchar, estudiar, meditar, memorizar y hablar las Escrituras.  Solo estando en Él es que podemos, verdaderamente, dar fruto.

“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Juan 5:39.

“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.  Y amarás a Jehová de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.  Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino y al acostarte, y cuando te levantes.  Y las atarás como una señal en tu mano y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.”  Deuteronomio 6:4-7

2.   Crea un espacio seguro.  Permite a tus hijos acercase a ti con sus dudas e inquietudes. Busca crear un espacio en el que se sientan seguros, procura escuchar con atención y tratar de entender antes de contestar y reaccionar.   Las dudas son una oportunidad de apuntar a nuestros hijos a Cristo y su obra redentora, no tengas temor de permitirles expresarlas,

3.   Busca aprender y crecer.  Siempre hay espacio para ampliar nuestro conocimiento, busca recursos* de sana doctrina que te permitan entender mejor las Escrituras y que te ayuden a dar respuesta a las inquietudes de tus hijos. Si no sabes la respuesta, sé honesto y dile que lo investigarás o busquen juntos.  

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”.  2 Tim. 2:15

4.    Rodéate de una comunidad. El Señor nos hizo para vivir en comunidad, busquemos rodearnos de personas, mentores, amigos y hermanos que nos ayuden a crecer en la fe y que nos sostengan en oración. 

“Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.” 1 Tesalonicenses 5:13

5.    Ora y descansa en la verdad de que la salvación viene del Señor.

¡Que descanso saber que la salvación de nuestros hijos no depende de nosotros! Todo es del Señor, por medio de Él y para Él.  Somos llamados a buscar a nuestro Dios y vivir una vida de dependencia, descansando en su misericordia, tanto para nosotros, como para nuestros hijos.

“Así que no depende del corre, ni del que quiere, sino de Dios que tiene misericordia.” Romanos 9:16

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.  Hebreos 4:12

* Existen muchos recursos maravillosos que pueden serte útiles, entre ellos están dos libros de Tim Keller: “Una fe lógica: Argumentos razonables para creer en Dios” y “¿Es razonable creer en Dios?  Convicción en tiempos de escepticismo”.  En Coalición por el Evangelio puedes encontrar recursos por tema.