Arraigadas en Su diseño
“Cuando yo estaba en la clase de medicina, aprendí que si uno no diagnostica bien una condición, el tratamiento será incorrecto. La ideología feminista dice que el patriarcado es el problema y reclama que su propia existencia como mujeres es la solución.
Queridas hermanas, el patriarcado no es el problema, los hombres no son el problema, el problema es el pecado. Y para esto solo hay una solución, estar arraigadas en Dios, y en el buen y agradable diseño de Dios para el hombre y para la mujer.
¿El problema de abuso, violación y feminicidios llama a una solución determinante, agresiva legalmente, y a un castigo? Por supuesto que sí. ¿Cuando los problemas de estos crímenes surgen, deben ser reportados a la policía? Claro que sí. Si estás sufriendo algún tipo de abuso tienes que ir con las autoridades. Ellas las protegerán y traerán justicia. Porque Dios tiene un corazón para la justicia. Él no quiere que sus niñas sean abusadas. El feminismo reclama que el problema existe y eso es innegable, es verdad.
Ayer hablábamos sobre la verdad…¿el problema existe en una relación entre un hombre y una mujer? Sí, existe, es cierto. Pero el feminismo introduce una toxina en su análisis ideológico, y solución. No es una revolución ideológica feminista lo que necesitamos, necesitamos una revolución espiritual. Necesitamos avivamiento, este es un problema espiritual. No hay otra solución para el problema del pecado, sino volvernos a Dios, a Su verdad y a Sus caminos.
La Biblia nos enseña que Dios hizo al hombre y a la mujer a Su imagen, y para Su gloria. Nuestra identidad como hombres y mujeres tiene un aspecto simbólico muy importante. Los hombres y las mujeres fueron creados para contar la historia del evangelio de maneras diferentes; y cuando perdemos la visión de ese propósito, nos perdemos a nosotros mismos.
Durante un tiempo de crisis nacional, en la nación de Israel había varios grupos de personas, los hombres de Isacar; y la Biblia dice que eran hombres que entendían los tiempos y sabían lo que Israel debía hacer. Y mi oración por ustedes hermanas, mujeres de Dios en todos los países de Latinoamérica representados en este salón, y a través del internet, miles que están viendo esto en línea, oro que ustedes sean mujeres que entiendan los tiempos y que sepan lo que deben hacer.
El feminismo dice: «Es mi derecho, es mi cuerpo». Y Dios dice: «¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?» (1 Cor. 6:19). Tú no eres tu propia dueña.
El feminismo dice: «Yo reclamo el poder para definir lo que es la feminidad». Y Dios dice: «¡Ay del que contiende con su Hacedor, el tiesto entre los tiestos de tierra! ¿Dirá el barro al alfarero: Qué haces?» (Isa. 45:9). ¿Me preguntas?, dice el Señor, ¿o me das órdenes sobre el trabajo de mis manos? Yo soy quien hizo la tierra y creé al hombre.
El feminismo dice: «Los hombres son los opresores, tenemos que obligarlos a cambiar». Nuestro enemigo es el diablo. El feminismo dice: «el activismo político resolverá el problema». Dios dice: «porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios…» (2 Cor. 10:4-5).
El feminismo dice: «Canaliza todo el enojo y el odio que tienes, en la causa. Cristo dice: «Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas» (Mat.11:28 y 29).”